sábado, 8 de enero de 2011

DE LOS FORMATOS EXIGIDOS

La laboriosidad y exigencia de un trabajo académico no sólo dice relación con  el o los objetivos que reducen la idea a investigar en un punto concreto, sino que además conlleva necesariamente una estructura, una forma, un esqueleto ordenador  de cómo realizarlo.
Las universidades y organismos de estudios superiores han estado tan dedicados a producir profesionales a corto plazo que la rigurosidad de la academia se ha limitado a sobrevivir al nivel del mercado, es decir, compra-venta de títulos. El problema se suscita que por tal ejercicio la rigurosidad académica se ha vuelto hipócrita y casquivana.
Baste el ejemplo del tan bullado formato APA, muy utilizado estos últimos años en Chile.  Restringe implícita y explícitamente la entrega de ideas a desarrollar, coartando posibilidades de imaginación analítica sociológica o literaria, por ejemplo, y los textos en estas áreas resultan en un a veces tarzanesco 1+1= 2 ("mi Jane, tú Tarzán").
Afortunadamente en Chile los docentes no conocen el formato APA, sólo se remiten a la existencia o no de sangría, la forma elemental del Apa de citar la bibliografía y la presentación global del trabajo.  Es decir, incluso en ese desconocimiento hay discusión, porque nadie reconocerá que realmente no lo ha comprendido, no lo conoce o no le interesa, pero acarrean serios problemas al alumno(a) con las exigencias académicas de moda.
Los formatos no son un estilo de escribir, connotan un estilo de pensar, de cómo se estructura el pensamiento para darle forma a las ideas que se necesitan expresar en el aporte al conocimiento. Es un molde.
Personalmente he encontrado al menos cinco tipos de APA en las universidades e instituciones de educación superior en Chile, lo que indica que no existe un acuerdo real sobre el tema.
El punto es que  debiera acordarse un tipo de estructura o formato por áreas académicas, de manera que no se restringa la creatividad del que investiga en buscar que calce el formato y no la calidad académica de la investigación.
Esto es por los que continuamos creyendo que las universidades debieran ser la universitas de antes y no un eje promotor de libremercadeo profesional.